jueves, 15 de octubre de 2009

martes, 13 de octubre de 2009

Parque


 ¿Qué es la Reserva Natural “Parque Francisco Tau”?

El Parque Francisco Tau es un relicto, es decir, un área testigo, de la provincia biogeográfica - o bioma- del Espinal, extenso bosque que formaba un arco alrededor de la pradera pampeana, incluyendo el “parque mesopotámico”.
El lugar debe su nombre a Francisco Tau (1839 – 1921), hombre público de destacada actuación en Bell Ville, a cargo del municipio entre 1901 y 1903, y posteriormente jefe político el Departamento Unión. Tau era propietario de importantes extensiones de tierra en las provincias de Córdoba y Buenos Aires, entre ellas los terrenos situados a orillas del río Ctalamochita, que por su voluntad eran de uso recreativo para los pobladores de Bell Ville.
El Parque es un espacio verde público desde 1942, en que la provincia lo adquirió a los sucesores de Tau, con el fin de mantenerlo como reserva, y para evitar el peligro de que sus propietarios lo destinaran a otros usos con fines de lucro. El fin principal de la expropiación del Parque fue "conservar este lugar estratégico, como verdadera reliquia de nuestra flora, para el pueblo en general y especialmente para los niños de Bell Ville". Ya en ese entonces se conocía y valoraba claramente su importancia.
El Parque es propiedad del Municipio desde 1972, año en que fue transferido por el Gobierno de la Provincia.
Entonces y ahora, los responsables de su cuidado y conservación somos nosotros, los habitantes de Bell Ville.
Un enfoque que predominó en la década de los años '70 puso el énfasis en el uso recreativo y en la dotación de infraestructura con ese fin. El corte de césped (estrato herbáceo) se fue extendiendo para mayor comodidad de los visitantes. Pero, paralelamente al aspecto más "prolijo" del "monte" (como entonces se le llamaba) ocurrió que aumentaban los claros, espacios en los que no había sombra, en los que se implantaron variadas especies exóticas con fines ornamentales: coníferas, ligustros, yucas y otras.
En la década del '80 se registran cambios en la opinión pública: tienen inicio en la creciente inquietud de vecinos que notan problemas tales como la superabundancia del clavel del aire y la ausencia de árboles jóvenes. En l984, un equipo multidisciplinario de la Universidad Nacional de Córdoba, convocado por el Municipio, realiza estudios sobre "factores que inciden en la presencia de claveles del aire" y "estructura de la vegetación arbórea del Parque Tau", redactando como conclusión una Propuesta de manejo. En ella se destacan particularidades del Parque que lo hacen relevante a nivel provincial y aun nacional.
A partir de estos acontecimientos, parte creciente de la población asume una nueva mirada, que pone el acento en las características naturales del parque, y enfatiza que allí reside su valor, más que en las "mejoras" que pudieran efectuarse. "En realidad - se sostiene- "lo mejor del parque es que no ha sido cambiado demasiado como bosque natural, que representa un ecosistema único, con flora y fauna nativas, y esto es lo que debe preservarse". Así, se promovieron jornadas de reforestación con especies autóctonas, y se alentaron todas las actividades educativas y recreativas de bajo impacto ambiental. Con frecuencia, se generaron debates sobre un abanico variado de propuestas: desde el conservacionismo extremo, que llegó a imaginar un ecosistema originario reconstituido, reponiendo variedades animales extinguidas y reduciendo al máximo la intervención humana, hasta otras que continuaban la óptica de los '70, infravalorando los aspectos naturales y sobrevalorando las obras que cambiaban y "mejoraban" al parque, aunque incluyeran la extracción y reemplazo de sus especies autóctonas.
La legislación producida por esos años da cuenta de una posición intermedia, conciliadora, que gira en torno al uso racional:
"el Parque Municipal (...) requiere especial cuidado y conservación, y ésta tiene que armonizarse con el uso a fin de que toda la Comunidad y las generaciones por venir puedan disfrutarlo y estudiarlo" (Ordenanza 089/84)
"Declárase al Parque Municipal Francisco Tau Patrimonio Ecológico Inalterable de la ciudad" (...) "toda obra de infraestructura o modificación de condiciones (...) deberá ser aprobada previamente por ordenanza" (Ordenanza 433/89)
Con el paso del tiempo, en los '90 y comienzos del nuevo siglo, continúan las visiones contrapuestas:
Desde la legislación provincial, se declara al Parque "Reserva Natural" (Ley 7999), y en el ámbito local se confirma la declaración de "Patrimonio Ecológico Inalterable" (Carta Orgánica de la ciudad de Bell Ville). A la vez, a través de concesionarios privados se realizan acciones discutidas, como la implantación de especies exóticas o la extracción de algunos árboles autóctonos.
Pese a todo, podríamos caracterizar a esta última etapa como de "búsqueda de consensos", estableciendo acuerdos que permitan conciliar puntos de vista sólo aparentemente opuestos. Ya nadie puede ignorar que el Parque Tau:
- es valioso como espacio natural y única reserva urbana del Espinal;
- existe para ser disfrutado y aprovechado por la población, presente y futura.
Las dos visiones pueden y deben compatibilizarse, traduciéndose en acciones efectivas y coherentes. Éste es el desafío actual.
¿Qué características tiene la vegetación?
La reserva “Parque Francisco Tau”, como relicto representativo del casi extinguido “bioma del Espinal”, mantiene una interesante variedad de especies. Su vegetación se dispone como
un bosque alto y cerrado, en el que se observan en tres "pisos" o estratos: Alto, o arbóreo, intermedio, o arbustivo, y bajo, o herbáceo.
Entre los árboles, las especies más comunes son los talas, algarrobos, chañares, espinillos, moradillos, sombra de toro. Las hojas pequeñas y las espinas indican que estas son especies adaptadas a la sequedad. Sobre su corteza viven claveles del aire, musgos, líquenes y hongos.
En el estrato arbustivo las especies son duraznillos, de fuerte aroma "salvaje", cactus, aloysias, de agradable olor a poleo, y, junto al río, los antiquísimos equisetos, plantas que habitaron nuestro planeta antes que los dinosaurios...
¿Qué animales son más comunes?
La fauna más abundante es la de aves. Son comunes los horneros, caserotes o cacholotes, palomas torcazas, benteveos, chingolos, tordos, carpinteros, “plomitos”... cerca de cincuenta especies de aves han sido identificadas.
Cerca del río, coipos, peludos, comadrejas, tortugas, cuises, pueden ser avistados.
Muchos de los mamíferos de mayor tamaño que tuvieron su hogar aquí se han extinguido, a medida que el bosque original se fue fragmentando en relictos. Un ejemplo son las corzuelas, pequeños ciervos que encontraban refugio entre los árboles, y que actualmente sobreviven en algunos lugares de las Sierras Pampeanas.
(*) Profesora en Geografía y ciencias Biológicas
Integrante de Pro.A.Vi.S.